0
Please log in or register to do it.

No pienso pedir perdón por la forma en que elijo expresar mis emociones, tú decidiste romper las promesas que hiciste, ahora no me culpes por no darte la importancia que creías merecer. Te quiero, eso es cierto, pero me quiero más a mí y no pienso tolerar que ni siquiera tú me hagas sentir insignificante o que con tus estúpidos juegos pongas en riesgo mi bienestar físico o emocional.

Tampoco voy a disculparme por darle más valor a mi libro que a una relación que era obvio que desde el inicio estaba maldita. No pienso pedir perdón por escribir lo que siento y de esta forma dedicarme a lo que me apasiona. Jamás dejaré que mi brillo se apague para calmar el ego de una persona y menos el de un hombre.

La literatura, la escritura y la música me han permitido vivir. Solo una persona en el mundo me conoce lo suficiente para entender esto y nunca voy a permitir que nadie me arrebate mis sitios seguros para sentirse bien consigo mismo.

¿Qué clase de persona enferma hace una prueba para ver que tan valorada es? Porque simplemente dejas que te lo demuestren con sus actos, sin manipulaciones ni chantajes. Sí, tal vez jugaste conmigo, pero te aseguro que a peores cosas he sobrevivido y por amor nadie nunca se ha muerto. Porque quien de verdad te quiere jamás te hace esa clase de “pruebas de amor”.

No pienso pedir perdón por el concepto que tengo de ti después de todo lo que me hiciste pasar en tan poco tiempo, tus juegos, tu poca responsabilidad afectiva y el poco interés que demostraste desde nuestros primeros encuentros, puedes considerar que ganaste “la batalla” que tu retorcida mente formó en tu cabeza, pero Darling, yo siempre doy el último golpe, porque no he nacido la persona que pueda someterme a su yugo.

La responsabilidad de opinar
Hijos emocionalmente sanos

Reactions

0
0
0
0
0
0
Already reacted for this post.

Reactions

Nobody liked ?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GIF

  1. De lejitos estamos bien, no importa que nunca lo lea. Solo necesitaba decir de manera más o menos decente un chinga tu madre cabrón.

  2. […] me conozco tan bien, que, si no me hubieras mentido con respecto al dinero, te hubiera dado una millonésima oportunidad y seguiría llorando cada madrugada hasta quedarme dormida del […]