La Ciudad de México viene siendo la ciudad más grande de Latinoamérica según, datos del INEGI, esta entidad cuenta con 9,209,944 habitantes sin contar las personas del área conurbada que por diversos motivos (laborales, escolares, familiares, etc.) tienen que trasladarse a esta circunscripción territorial.
Y es que, en las horas donde las vías primarias y secundarias están atiborradas del tráfico vehicular, una de las mejores opciones es tomar el transporte público. La ventaja que tiene éste, es que en horas pico, resulta ser el medio más rápido para llegar a tu destino, dado que tiene carriles exclusivos para circular en las avenidas principales o de más afluencia vehicular.
Esto, solo hablando de transportes de RTP (Red de Transporte de Pasajeros), Trolebús, Metrobús, y Mexibus que funciona como apoyo proveniente del Estado de México.
El metro, es por excelencia, el transporte más utilizado, dado que cuenta con 12 líneas que conectan toda la ciudad, e ir de un punto A a un punto B resulta ser la manera más rápida y económica hoy en día.
¿Pero qué ha pasado en estos últimos años?
Tragedia tras tragedia.
Todavía recuerdo cuando iba a la Universidad, el boleto del Metro costaba $2.00, y nos vendieron la idea de que, al subir el costo a $5.00 iban a darle mantenimiento y modernizar los trenes, túneles y todo lo concerniente a mejorar y darnos mayor seguridad al utilizar sus instalaciones. Y el resultado después de todos estos años ¿¡dónde ha quedado!?
Si bien dicen que la culpa fue de las administraciones anteriores, que ha sido por omisiones de las constructoras, que por un fallo técnico, y mil justificaciones más. ¿¡Y los culpables!?
Nos queda solo preguntar ¿Cuántas vidas se tienen que sacrificar para que el gobierno le dé el mantenimiento necesario, no mínimo (¡!!!), el necesario, para que no ocurran este tipo de pérdidas?
