Bruja en las calles de Guanajuato

Eran cerca de las 3 de la mañana, caminábamos en grupo por las calles de Guanajuato, la mayoría éramos familiares, al pasar el tiempo unos nos fuimos quedando atrás, mientras que otros iban adelante, entre ellas mi esposa Silvia junto con una sobrina, cuando de repente empiezan a gritar y a correr alocadamente porque en un balcón había una mujer muy extraña, de pelo negro y largo, estaba sentada y al verlas se paró y empezó a volar.

Mi compadre Jesús Hernández me contó muy serio que ese día del cual ya han pasado cerca de15 años habían ido de viaje a Guanajuato con sus primos Juan y Mary que residen en Escobedo Nuevo León, cada quien iba acompañado de sus familias… ese día andaban caminando por las calles aledañas al centro de la ciudad de Guanajuato.

Me dijo: «Habíamos ido a las “callejoneadas”, (es un evento turístico, un recorrido musical que se realiza a pie, en dónde vas siguiendo a la rondalla y se realiza para conocer los callejones y plazuelas de las ciudades coloniales y guían a los grupos de visitantes con la música y canciones típicas mexicanas, bailes, narraciones de leyendas  y dinámicas que hacen interactuar al público), cuando se acabó nos fuimos caminando por las calles y en una de ellas que estaba de bajada fue cuando se nos apareció la bruja, aunque los que íbamos atrás no alcanzamos a verla tan bien ya que todo fue muy rápido, como escuchamos que gritaban y que empezaron a correr asustadas, nosotros las seguimos para ver exactamente qué era lo que pasaba».

«Gritaban y miraban al cielo decían mira se fue volando, es una bruja, pensamos que la seguían pero corrían para alejarse de ella, estaban muy asustadas mi esposa y Fanny mi sobrina y todos los demás que las seguían».

“Cuando llegamos al hotel mi esposa empezó a llorar y temblar por el susto y como que ver a la bruja volar fue un evento muy traumático para ella, un par de horas después se le pasó, pero todavía al recordarla se le pone la piel de gallina”.

Esto pasó hace como 12 o 15 años, cuando fuimos de viaje con mis primos de Escobedo Nuevo León a Guanajuato, la ciudad de las momias, pero nosotros encontramos a la bruja.

Este relato está basado en una historia real que me fue contada por mi compadre y sobrino Jesús Gpe. Hernández, residente de la Colonia La Noria en Apodaca Nuevo León.

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