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La semana pasada estaba aburrido en el departamento y decidí salir a dar una vuelta a la colonia. Me topé con que existe una pequeña sala de cine a dos cuadras de mi casa. El tema está padre porque te ofrecen servicios alternativos a los de un cine común. Por ejemplo tienes la oportunidad de rentar para ti solito toda la sala, también puedes elegir entre varios tipos de cervezas, vinos o mezcales. Es un lugar muy confortable, las palomitas van por cuenta de la casa y proyectan filmes que no es tan común encontrar.

El show es que me metí a ver la película que estaba programada para esa tarde. «El Minero del Diablo» Hijoles, ya valió -pensé- porque la neta no soy tan fan de las películas de terror.

Sí las veo y brinco y todo el rollo pero no es lo mejor que puedes ver cuándo vives en un apartamento en cuyo baño murió el antiguo inquilino. No es miedo, es un conflicto que traigo cuando tengo que ir al WC a las 3 de la mañana.

Ya estaba bien acomodado en mi butaca cuando me di cuenta que la película es en realidad un documental. Una historia que no debería de existir en este mundo. Y no debería de hacerlo porque trata del trabajo infantil. El protagonista es Basilio, un pequeño niño boliviano que trabaja en la mina de Potosí.


Pues bien, Basilio vive con su mamá y su hermana y se ve obligado a trabajar en la mina para que su familia pueda vivir. Se explica que la expectativa de vida de un minero disminuye enormemente debido a la cantidad de vapores tóxicos que entran a sus pulmones.

Seguramente se preguntarán ¿ Y por qué se llama «El minero del Diablo» si es un documental que trata del trabajo infantil?

Pues en esas también estaba yo hasta que de repente salió el peine: resulta que en esta mina ubicada en Bolivia se tiene una deidad conocida como «El Tío». «El Tío» se encarga de proteger a los mineros de los derrumbes, las explosiones y demás accidentes que pueden ocurrir dentro de la tierra.

Para que estén a salvo hay que tener contento al Tío y hacerle ofrendas y prenderle velitas.

Ignoro si esa deidad de las profundidades exista en otras minas o en otros países pero es bastante parecida a la imagen que tenemos del diablo. Luego investigué un poquito más y encontré que en el idioma Quechua es difícil pronunciar la letra «D». Por lo tanto la pronuncian como «T» En realidad al decir «el tío» se refieren a «el Dios»; un dios prehispánico que los protege en las minas.

Marta Gómez, una cantante colombiana también vio el documental mucho tiempo antes que yo y, en vez de hacer un post de bajo presupuesto, decidió hacer una canción contando la historia de Basilio. Aquí les dejo el link para que puedan escuchar la canción y espero puedan ver el documental.
https://www.youtube.com/watch?v=lzcT5TgAT38

Nos leemos en el siguiente post de bajo presupuesto.

https://laredaccion.com.mx/gretel-hansel-una-curiosa-version-del-cuento/froura2318gmail-com/
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