Y como dijo Mario Benedetti: Me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero me quiera para todo.- le dijo viéndolo a los ojos con miedo de que descubriera todo el amor que escondía por él, desde hace ya unos tres años.
Sí, eso sería bonito pero no creo que eso sea posible, creo que esas cosas no pasan – dijo él, viendo aquella chica de la escuela que le gustaba desde el año pasado – uno no siempre puede tener lo que quiere y a quien quiere María y eso jamás lo tienes que olvidar.
En ese momento ella se dio cuenta que él tenía mucha razón, ella jamás podría tenerlo a él, y con eso tenía que vivir por el resto de su vida, porque ella prefería un amor sincero y real que uno forzado, porque el amor no se forzar para que suceda porque eso no sería amor.
Asomando las lágrimas por sus ojos, se despidió diciendo que tenía prisa por llegar a casa, que su madre la esperaba, sabiendo que no tenía mucho tiempo para soltar el dolor que asomaba por sus ojos de aquel corazón lastimado.
Y entonces se alejó deteniéndose en el extremo de la otra calle, viendo como él también se iba a su casa como todos los demás días, lo único diferente es que esta vez, no solo era el verlo partir de la escuela, sino también de su falsa ilusión de compartir con él todos los días de su vida.
Porque ella sabría aceptarlo que no era el momento, tenía que seguir adelante con la esperanza de un día se encontrase con ese amor que tanto le decían las palabras de ese tal Mario Benedetti, ese “amor que no me necesite y sin embargo me quiera para todo” y todo es la misma vida que compartirían.
Ese era su único anhelo para buscar el amor en un ser. Pero ahora tocaba vivir, disfrutar, compartir con ella misma y aprender de la vida, porque no era el momento para entregar el corazón y aceptar en sus manos otro corazón que no fuera el suyo. Porque aún eran unos jóvenes que no sabían absolutamente nada de la vida o de lo que les esperaba en ese futuro tan esperado.
Porque tal vez en algún momento podrían volver a encontrarse y verse con otros ojos, y podrían darse cuenta que tal vez aquella persona que tanto buscaban estaba frente a sus narices, si así es, él podría ser ese amor de María y ella podría hacerle ver que esas cosas si pasan en el amor sincero y así podrían escribir esa gran historia de amor que había entre ellos pero aún no era el momento.
