Hay factores y circunstancias externas que no siempre estamos en posibilidades de controlar y llegan a alterar o incluso bloquear el plan que nos hemos trazado para alcanzar nuestras metas. Es en estos momentos de prueba cuando debemos de estar más motivados que nunca para seguir adelante en pro de nuestros deseos. Seguramente tendremos que reprogramar nuestro plan pero no la meta que nos hemos fijado. Puedes cambiar de dirección, pero no de decisión. No dudes, no te desanimes y mucho menos pienses en darte por vencido y renunciar a tus deseos. Si realmente quieres obtener algo, realmente debes hacer algo. Tienes dos opciones: sentirte frustrado, tronarte los dedos y perder lo que tienes… o subirte las mangas de la camisa y ponerte a trabajar.
Cuando las circunstancias externas, aquellas que no depende de nosotros cambiar o controlar, obstaculizan nuestro camino, no podemos quedarnos inmóviles a esperar que las cosas mejoren… el tiempo pasa, la vida pasa… recuerda que el tiempo es un valiosísimo bien limitado. Tienes que levantarte y ponerte a trabajar en tu proyecto.
Recalcula, reprograma, traza una nueva ruta en tu mapa hacia el tesoro que sabes que está esperando por ti. Como te dije antes: cambia de dirección, no de decisión.
Cuando realmente deseamos algo y lo perseguimos como si no pudiéramos fallar, suceden cosas para ayudarnos a lograrlo.
Confía en ti, en tus capacidades. Cree que puedes. Avanza día con día, sigue tu plan aunque hayas tenido que modificarlo.
Si deseas algo con suficiente intensidad, debes convertirlo en tu objetivo definitivo.
Jamás renuncies a lo que realmente deseas. Lucha día a día por alcanzar tus sueños.
No te tires a la tragedia, no te estanques en la pasividad. ¡Haz que suceda!
Súbete las mangas de la camisa y ponte a trabajar.
