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Como un mecanismo de defensa emocional, intentamos estar informados sobre la realidad que vivimos en el mundo, sin embargo, aunque intentemos abstraernos y no pensar en cosas negativas o alarmantes, la realidad nos rebasa y es entonces cuando debemos detenernos y asumir la responsabilidad que como ciudadanos nos corresponde ante nuestro Pais y nuestro entorno.Son muchas y muy alarmantes las noticias que recibimos de Países como China, Italia, España, Ecuador y Estados Unidos sobre los estragos que la pandemia del Covid-19 esta ocasionando con decenas de miles de muertes que simplemente tratamos de ignorar y tapamos el sol con un dedo volteando la cara hacia otro lado.

Pero la realidad nos rebasa, y es necesario confrontarla…

ya basta de minimizar la situación, se vale bromear, se vale distraerse ante la tragedia, se vale salir y aplaudir desde ventanas y balcones a quienes luchan por nosotros en calles y hospitales realizando trabajos que alguien tiene que hacer por obligación.

Lo que no se vale es ser irresponsables, no se vale que mientras nuestros médicos, enfermeras y trabajadores del sector salud se desviven en atender a los pacientes infectados sacrificando su propia salud, nosotros tengamos la desvergüenza de agredirlos, insultarlos y excluirlos cuando deberíamos estar haciendo algo por ellos, cooperando entre vecinos para comprar insumos que necesitan y no tienen.

No se vale que con una extrema muestra de indolencia sigamos acudiendo a tianguis y mercados sin respetar la distancia que debemos guardar unos de otros y aglomerándonos como si no nos fuera a pasar nada. No se vale que por ignorancia y apatía anden por las calles grupos de jóvenes bromeando y burlándose de las medidas sanitarias que las instituciones aconsejan.

En México en particular se vive entre la ignorancia y la indolencia, desde el momento en que las autoridades desestimaron la gravedad de la pandemia COVID-19 durante meses,

mucha gente, desgraciadamente ignorante, no registra en su mente la necesidad de protegerse y proteger a los que le rodean, y algunos mas, sabiendo conscientemente la realidad que se nos viene encima actúan en forma absolutamente indolente, es decir, no les duele pensar en el destino que nos aguarda a la vuelta de la esquina.

Hace un par de días un irresponsable YouTuber Venezolano contagiado del virus COVID-19 se grabo a si mismo acudiendo a diferentes puntos públicos para que al ser descubierto y exhibido en su desatino ahora manifestarse como víctima de las autoridades de la Delegación en que radica en CdMx.

El indolente este no salió por necesidad de trabajo o para realizar las compras para su alimentación, tenia el proyecto de realizar una especie de estudio de mercado sobre pizzas congeladas, es decir, su irresponsabilidad, su apatía, su ridícula necesidad de atención puso en peligro de contagio quizá a cientos de personas, la Delegación ya sanitizó los lugares que recorrió, pero la pregunta es, ¿qué necesidad se tiene de arriesgarse y arriesgar a los demás por unos «likes» en su canal? 

Hoy en día no se trata de una opción, es una obligación no solo lavarse las manos adecuadamente varias veces al día, sino quedarse en casa y evitar el contacto físico con nuestra propia familia, ni visitar a otros ni recibir visitas, aprender medidas de precaución y desinfectar absolutamente todo lo que venga de fuera.

Es una obligación que va más allá de lo moral el abstenerse de acudir a lugares concurridos, es de vital importancia guardar una prudente distancia de los demás y salir solo una persona por familia exclusivamente a realizar compras de alimentos o medicamentos.

No estamos viviendo un periodo de vacaciones y la indolencia con la que algunos ignorantes se expresan diciendo «de algo nos tenemos que morir» es ridículamente absurda, si esas personas en este momento estuvieran infectados de COVID-19 no se estarían burlando, estarían demandando a gritos atención de los médicos y enfermeras que hoy atacan.

Es importante dejar claro que los protocolos de salud en los hospitales establecen dos cosas fundamentales que desgarran emocionalmente a los familiares de las personas contagiadas, NO se les podrá visitar, una vez que el familiar contagiado ingresa, queda en manos de los servicios médicos, nadie podrá verlo mas hasta que se recupero o en caso de que no sea así y el paciente fallezca, los familiares NO podrán recuperar su cuerpo, el protocolo establece que sea incinerado.

Esa realidad es la que tenemos que asumir, es tiempo de tomar conciencia de que nuestra salud y la salud de nuestros seres queridos esta en nuestras manos.

Es tiempo también de ser mas solidarios con nuestro entorno, si tenemos la capacidad económica de sobrellevar el confinamiento, quizá podamos disponer de un extra para ayudar a quienes no tienen mas opción que seguir saliendo a las calles a trabajar para poder sostener a sus familias.Si vemos vendedores callejeros, comprémosle sus productos, sanitizándolos antes de ingresarlos a casa y llevemos cubrebocas y guantes extras para regalarle a esa gente que no entra en el patrón de la ignorancia y la indolencia.

Seamos RESPONSABLES, en lugar de agredir a quien ande en la calle, primero analicemos su razón y si no es valida, con educación tratemos de hacerle entender de la necesidad de resguardarse en casa. Estamos viviendo un momento histórico en el mundo, un momento en el que aún no sabemos si sobreviviremos al COVID-19, esta situación le ha dado al mundo entero un impasse, no sabemos realmente cual será el resultado cuando esto acabe, ni siquiera sabemos cuando va a acabar.

Mientras tanto la naturaleza esta revitalizándose gracias a la ausencia de su peor enemigo, el ser humano, el hombre es el único animal que daña a la naturaleza desgraciadamente. Esta es una etapa de reflexión, de responsabilidad, de concientización, de revalorar lo que realmente es importante en la vida, en estos momentos no hay ricos ni pobres, de nada valen las posesiones materiales, es un tiempo que Dios, el Creador, el Supremo Arquitecto del Universo, Ala, o como se le quiera llamar, ese SER SUPERIOR se manifiesta para reordenar el mundo y la vida.

Es hoy el momento en eliminar nuestra ignorancia y la de los demás,

tenemos que estar informados adecuadamente y tenemos la responsabilidad de ayudar a nuestros semejantes, tenemos la obligación moral de ayudar y orientar a quienes no saben, a quienes no han tenido nuestras oportunidades, démosle a ellos la oportunidad de vida y salud a través de nuestra orientación y ayuda.

Tenemos que dejar a un lado la indolencia, permitamos a nuestra alma sensibilizarse y darse en el espíritu que nos formo desde el principio de los tiempos ya al que hemos rezagado en nuestra prisa por vivir sin vivir, coexistiendo sin un compromiso emocional, es tiempo de reconocer en nosotros nuestra verdadera esencia como seres espirituales hechos con y por AMOR… Somos SERES DE LUZ, el nivel de evolución de cada uno puede ser diferente, pero tenemos que reconocernos en el otro, tenemos que trascender… ese es el mensaje y ese es el aprendizaje que debemos tomar.

ES TIEMPO DE TRASCENDER EN NUESTRA HUMANIDAD, DEJAR DE SER SIMPLEMENTE HOMBRES PARA CONVERTIRNOS EN SERES HUMANOS.

Y si, la respuesta es el AMOR, como siempre

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Esos rostros

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