Aunque el 8 de Marzo se ha designado como el Día Internacional de la Mujer, indebidamente se extienden felicitaciones y se toma como una fecha de celebración cuando la realidad es muy diferente, es una fecha conmemorativa, es decir, se recuerda el fallecimiento de 146 mujeres trabajadoras de la fabrica textil Cotton de Nueva York, calcinadas en tal fecha en el año 1908 mientras protestaban por las malas condiciones laborales y los sueldos miserables que percibían.
Las mujeres se habían encerrado en su lugar de trabajo y se negaron a desistir de sus protestas ante la exigencia de la policía, la respuesta de las autoridades fue lanzar bombas incendiarias con el fin de desalojarlas teniendo como resultado la muerte de las trabajadoras.
Esta tragedia es antecedente de las protestas que se efectuaron en la misma fecha, 8 de Marzo pero de 1957 igualmente por trabajadoras del área textil en la misma Ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos de America.
Un Siglo antes, el 8 de Marzo de 1857, obreras textiles habían marchado por las calles de Nueva York con el mismo reclamo, bajos sueldos e inaceptables condiciones de trabajo al que se abocaban por mas de 12 horas diarias, después se dio la tragedia de 1908.
Decir «Feliz Día de la Mujer» es de hecho una incorrección, han pasado cientos de años en que las mujeres se han visto sometidas a las normas del patriarcado viendo sus vidas a través de un trapo de cocina, la lucha por los derechos de las mujeres no ha cejado y es a partir de la tragedia de las obreras textiles sacrificadas en Nueva York que año tras año las mujeres realizan marchas en todo el mundo para defender los logros alcanzados, proteger sus derechos y demandar igualdad y equidad de géneros.
No, amables lectores, el 8 de Marzo no hay nada que celebrar, es una fecha que debe llevar a la reflexión y el análisis, es una fecha que nos debe recordar que la fuerza femenina laboral de principios del siglo pasado se daba principalmente en las fabricas textiles, actualmente las mujeres desempeñan sus labores en todos y cada uno de los campos que anteriormente eran exclusivamente masculinos y sin embargo las condiciones laborales son diferentes.
La lucha de las mujeres parece no terminar nunca ya que independientemente de que en la actualidad su participación en la economía no solo del hogar sino de todos y cada uno de los Países del mundo es indispensable, su condición de mujer sigue atrapada en estereotipos que muchas han logrado romper pero que una gran mayoría sigue limitada por ellos, su papel de esposa/compañera, de ama de casa, de madre/educadora, el trabajo femenino no solo se realiza fuera del hogar sino que continua dentro del mismo.
Las barreras a vencer son infinitas pero será la educación e instrucción la formula para que tanto hombres como mujeres aprendan a valorar la importancia y relevancia que tiene la mujer como fuente creadora y no pasiva.
La mujer primero que nada debe valorarse a si misma y crear campos de hermandad con otras mujeres para que se retro alimenten y continúen la lucha aprendiendo a captar y unir esa energía que emana solamente de ellas, la respuesta esta en la sororidad que logren forjar.
La mujer es la fortaleza de la mujer, reflexionemos en ello y olvidemos celebraciones innecesarias y conmemoremos la lucha que nuestras hermanas obreras iniciaron por nosotras, valoremos su lucha y su sacrificio, continuemos su esfuerzo y el de muchas hermanas que actualmente sacrifican su tiempo en la lucha por nuestro bien y el futuro de nuestras hijas.
