Códigos que encierran la clave de la felicidad humana (Continuación del Tratado de la felicidad)
Resumen del libro “EL HOMBRE MÁS FELIZ DE LA HISTORIA” de Augusto Cury.
Acorde a lo expuesto en la introducción del “Tratado de la felicidad” concluimos que no hay fórmulas mágicas para lograrlo, el ser humano es por esencia complejo, ser feliz no es estar siempre alegre, sino saberse reinventar ante la adversidad y las frustraciones, manejar sus pensamientos y emociones cada vez que pasa por una crisis en su vida.
Sin embargo, existen algunos conceptos y pasos que el hombre más feliz de la historia, Jesús, nos legó. Al estudiar el evangelio de Lucas, el psicólogo Augusto Cury, estos conceptos los ha llamado “Los códigos de la felicidad”, el cuál es un tratado de la sabiduría de la gestión emocional que si se aplica implicará no rendirse ante momentos críticos de nuestra vida.
El objetivo de este compendio es brindar un resumen y análisis personal de estos códigos bajo la autorización del autor como un aporte a nuestra sociedad y en su calidad de ser humano, al final se brindan las referencias de todos sus libros.
- FELICES LOS QUE VACÍAN SU EGO, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LA SABIDURÍA.
Felices los que vacían su ego, los empáticos, los que administran su ansiedad, los sedientos por transformar la sociedad, los solidarios, los transparentes, los pacificadores de la mente y los resilentes.
Hay que saber manejar nuestras emociones, hay que saber manejar las perdidas y las frustraciones, filtrar los estímulos estresantes y no comprar los que no nos pertenecen, hay que aprender a ser el líder de uno mismo, pensar antes de reaccionar, ponerse en el lugar de los demás, tolerar las frustraciones, aprender a hacer higiene mental, contemplar lo bello, reinventarse en el caos, la administración de la emoción es el trabajo del yo como autor de la propia historia.
Hay que aprender a desinflar el ego, desocupar la mente de los prejuicios, desobstruir el camino de la mente de las falsas creencias (religión, costumbres, enseñanzas ancestrales, entre otras), de las verdades absolutas de la arrogancia y de la autosuficiencia, así aprenderás a reinventarte y madurar.
Sentimientos de venganza, crisis de celos, homicidios, violencia contra las mujeres, atrocidades contra los niños, bullying en las escuelas, todos ellos son fruto de egos inflados de sí mismos. Quien discrimina tiene un ego enfermo, quien desinfla el ego de sus ideologías radicales corrige su propia miopía emocional, percibe que, antes de ser blancos, negros, cristianos, musulmanes, ateos, hombres o mujeres, somos seres humanos y que debemos formar parte de una sola tribu La Humanidad.
El reino de los emprendedores pertenece no a los ególatras, a los que se adoran a sí mismos, si no a los que se empobrecen de su propio egoísmo, a los que se vacían de sus falsas verdades y autosuficiencia. Sin eso serían miopes, tendrían una viga en los ojos, no percibirían el mundo con otras posibilidades y por lo tanto no crearían, no se atrevería no saldrían del mismo lugar, destruyendo su propio potencial.
Haz que brille tu luz ante tus hermanos, deja de ser conformista, de estar consciente solo de tus propios problemas, derrota a tu ser ambicioso, no para nutrir tu ego, sino para ser feliz, a ser altruistas, a dar lo mejor de ti mismo a la sociedad.
El ser humano tiene que dejar de ser una máquina de trabajar, vivir con ansiedad por la supervivencia, debe brillar de alguna forma en el escenario social, el ser humano que no aprende a vaciarse a sí mismo se vuelve un esclavo de las “ventanas asesinas” un prisionero de sus propios traumas, anclado en el proceso de la lectura de la memoria de archivos enfermizos en su mente.
Soltar el ancla de la memoria es fundamental para ser libre
A continuación, te comparto algunas guías de comportamiento para ti mismo y para con quienes nos acompañan en el camino:
- Dejar de ser esclavos del pesimismo.
- Evitar entrar en crisis de celos que apagan el brillo de quienes están a tu lado.
- Ser posesivos con otras personas está basado en sentimientos de inseguridad y de falta de cariño, hay que evitarlo. La gente que tiene una elevada autoconfianza y es feliz consigo misma, tiene fe en que su pareja o amistades, le aman y no siente la necesidad de controlar la relación ni tampoco de controlar a las personas; contrario a ello, quien es inseguro duda de la dedicación que le brinda a sus amigos o pareja, entonces intentar mantener un control sobre ellos. Se sienten vulnerables y harán lo que sea con tal de asegurarse de no ser heridos.
- La envidia es un sentimiento desconcertante ya que mezcla emociones contradictorias, por un lado, se admira lo que la otra persona ha conseguido y, por otro, se siente pesar, enfado, melancolía y rencor que pueden hasta afectar la salud física, mental y emocional: insomnio, trastornos de apetito, ansiedad y depresión y frustración por no tener ese bien ajeno que consideramos indispensable para ser feliz, podríamos resumirla como “un angustioso sentimiento de tristeza, rabia y frustración por el deseo de algo que no se posee pero que otro tiene y generalmente se enfoca hacia personas de nuestro entorno cercano”, aunque se puede envidiar algo material como una casa o un coche o algo intangible, se dice que la envidia es el único vicio que no produce ningún placer a nadie, hay que evitar este sentimiento.
- El autocastigo es el castigo que nos infringimos a nosotros mismos, tiene varias modalidades y cada una de ellas se presenta con sus propias características, cuando alguien se siente culpable por algún motivo, es probable que reaccione imponiéndose un castigo más o menos severo como asumir muchas responsabilidades para compensar el sentimiento de culpa, otros tienen un claro componente inconsciente y no es fácil que podamos asumirlo y dar una explicación convincente sobre el mismo. Muy probablemente tenga relación con la conciencia interior, que de alguna manera dialoga con nosotros y nos reprende en el caso de alguna desviación, incluso hay algunos planteamientos religiosos y de creencias personales que tienen un elevado sentido del deber y se establecen pautas estrictas sobre cómo se debe actuar, las distintas variantes de autocastigo tienen algo en común: el sentimiento de culpa, evitemos esta conducta.
- Errar es humano, de hecho, cometer errores es parte fundamental en el aprendizaje emocional, no existe quien no comete errores, hay que aprender a perdonar, pero también a perdonarse a uno mismo. Las decisiones no acertadas, mala comunicación o momentos de arrebato acaban dentro de nosotros en forma de ventanas oscuras, formando parte de nuestra información almacenada, si estas ventanas de malestar, de enfado con uno mismo, no son atacadas desde dentro corremos el riesgo de sufrir las consecuencias. Cuando hay que perdonarse a uno mismo todo cambia, estamos solos, es un proceso estrictamente interno en el que no hay que dar explicaciones ni justificarse ante nadie pero si seguir un proceso para hacerlo, primero hay que identificar el origen del porqué de nuestro comportamiento como el miedo, la inseguridad o la envidia, entre otras, sin realizar este paso correctamente no será posible conseguir el perdón. El segundo es asumir mis responsabilidades, reconocer los errores cometidos libera nuestra madurez y nos hace fuertes frente a la realidad. Debemos aceptar que convivimos con miedos, inseguridades y emociones que modifican nuestros caminos, entender que podemos fallar y equivocarnos pero hay que saber reaccionar adecuadamente y con amor ante las diferentes situaciones y evitarlas, enfrentarnos a ellas correctamente. Si aprendemos a enfrentarnos a nuestros errores sabremos reaccionar de un modo sano y natural. Este cambio de actitud frente a la vida y a los problemas cotidianos acabará beneficiando nuestro estado emocional. Aunque a veces sea complicado conseguirlo, perdonarse a uno mismo siempre es liberador, el perdón ayuda a retomar el control de la propia vida, a conocerse mejor y a ser algo más feliz.
- Aleja a tus vampiros emocionales de los rincones de tu mente que te sangran silenciosamente, minan tu propia seguridad, asfixian tu ánimo y agotan tu alegría.
Los vampiros emocionales se caracterizan por tener muy poca empatía. Se muestran claramente egoístas ya que utilizan la presencia de otra persona para vaciar toda la negatividad acumulada, sin reparar en que esto generará malestar y desazón a su interlocutor, es decir roban tu energía. Sus características más destacadas para poderlos identificar y alejarse de ellos, entre algunas más, es que siempre critican, tratan de hacerte inferior justificándose diciéndote que “solo quiere lo mejor para ti”. Son pesimista, siempre ven la vida con el vaso medio vacío, se muestra apesadumbrado, todo le parece negativo. Tienen una personalidad catastrofista, lleva a un extremo el pesimismo, para ellos, cualquier hecho o situación adquiere una magnitud apocalíptica, sus temas de conversación preferidos versan sobre catástrofes y destrucción total que han oído en las noticias o incluso en desastres que no han ocurrido pero que, en su opinión convencida, podrían suceder. Son personas en eterna queja y se sienten víctimas, siempre se quejan por todo lo que le ocurre, tanto si las cosas les van mal como si les van bien, siempre tendrá motivos para quejarse y hacerse la víctima ante ti. Otros tienen una personalidad agresiva, reaccionan de forma violenta sin venir al caso, si dices o haces algo que no les parece bien, puedes desencadenar su furia. Otros más son sarcásticos, les encanta lanzar ironías sobre ti, dardos envenenados, mientras se protege detrás de la levedad de una «simple broma». De este modo, nadie puede reprocharle su desplante, puesto que “tan solo era una broma. Hay los de la personalidad pusilánime, suelen causar lástima, como seres desvalidos sin capacidad para desenvolverse por sus propios medios, consiguen que los demás centren su atención en ellos, esto lleva a un círculo vicioso: se hace el pusilánime para llamar la atención, consigue su propósito puesto que la gente los atiende y de este modo se sienten reforzados en su actitud.
Los vampiros emocionales se nutren de dos elementos para poder empezar a robar la energía emocional a los que les rodean: tiempo y proximidad. Es necesario que consigan establecer ciertos vínculos emocionales y de amistad con la otra persona; a partir de ahí, suelen aprovecharse de sus puntos débiles y se encargan de sacarles partido
Hay que ser positivo, enamorarse de sí mismo, enamora a la vida, adelgaza tu Ego, pues el problema no es la enfermedad del enfermo, sino el enfermo de la enfermedad.
Es fundamental vaciar el ego no solo para crear, para liberar la imaginación y contemplar lo bello, sino también para prevenir trastornos emocionales.
Todos los días el Yo debe vaciar su basura mental y existe una técnica llamada DCD (Dudar, Criticar y Decidir) realizada en silencio y meditación en tu mente, la duda es el cimiento de la sabiduría en la filosofía, la crítica en la psicología y la decisión estratégica en el área de Recursos humanos.
Todos los días deberíamos dudar de nuestros prejuicios, de la autocobranza, del sentimiento de incapacidad de la timidez, diariamente deberíamos criticar los pensamientos perturbadores, las ideas de autocastigo las emociones tensas, administrar la emoción, impugnar nuestros miedos, no ser esclavos de nuestras propias creencias.
Vaciar el ego alarga la frontera del ancla de la memoria, abre ventanas nuevas y sanas, que contienen miles de datos para darnos respuestas inteligentes a las situaciones estresantes.
Muchos miembros de asociaciones religiosas o partidos políticos acostumbran ser tan poco inteligentes, son víctimas del ancla de la memoria, son mentes adiestradas. Nunca entrenaron su emoción para vaciar el ego, su yo no es autor de su propia historia por eso hacen una defensa ciega de su asociación, partido y de su ideología, quien no es capaz de criticar su asociación, a su ideología, que solo se alinean y no critican a sus líderes no tienen una mente libre, viven bajo una dictadura intelectual, aunque defienda la democracia.
Una mente radical, prejuiciosa, impulsiva, que castiga o se autocastiga, es una mente que se auto abandonó, si la sociedad nos abandona, la soledad es soportable, pero si nosotros mismos nos abandonamos la soledad es intolerable.