La semana santa
La semana santa es tiempo de reflexión en el que las calles se llenan de sombras y silencios. Las procesiones avanzan lentamente, como si el tiempo mismo se hubiera detenido, guitarras que en sus acordes armonizan las mentes, buscando la gracia divina.
Las fronteras entre el mundo de los vivos y los muertos se han vuelto difusas. Las imágenes de Cristo en la cruz, los penitentes con capuchas oscuras y los cánticos lúgubres crean una atmósfera de tensión y misterio.
El arrepentimiento surge cómo exhalación volcánica.Se percibe lo profano y lo sagrado. Los tambores y trompetas resuenan en la noche, mezclándose con los susurros de los fieles y los murmullos de las oraciones.
Es tiempo de volver a nuestro origen, que es el amor.La semana santa, tiempo de contrastes, de luz y sombras, de misterio y revelación.
Un tiempo en el que el pasado y el presente se mezclan, en el que la fe y la tradición se entrelazan en una danza eterna. Un tiempo para la reflexión, la penitencia y la comunión con lo divino.
Édgar Landa Hernández.