Como cada noche, la de ayer no fue la excepción, ajusté la alarma de mi celular para que me despertara antes del amanecer, como ya es habitual en mi rutina de lunes a sábado.
Algunas veces despierto unos minutos antes de que la alarma comience a sonar. Hoy fue uno de esos días. Abrí los ojos, me estiré sacando pies y brazos de entre las sábanas, y abandoné la cama para dirigirme, aún algo amodorrada, al cuarto de baño.
Después de lavar mi cara y cepillar mis dientes, arreglé un poco mi enmarañado cabello y salí del sanitario decidida (o al menos es lo que yo pretendía) a comenzar con las actividades que cuidadosamente había planificado la noche anterior, tal y como lo hago al final de cada día.
La mala decisión
Al ver mi cama con las cobijas aún revueltas, no pude evitar la tentación de esa invitación tramposa que parecía decirme “anda, regresa a la cama, aún tienes tiempo para descansar cinco minutos más».
Miré indecisa el reloj y pude comprobar que era verdad, aún faltaban algunos minutos para que diera la hora habitual de levantarme, así que, sin dudarlo más, me regresé a la cama… No supe en qué momento me quedé dormida, no recuerdo cuando fue que apagué el despertador… Sólo sé que, cuando volví a abrir los ojos, ya era tremendamente tarde… ¿Cómo fue que en un instante avanzaron tanto las manecillas del reloj?
Me levanté toda apresurada; buscando las pantuflas me dí un golpe con la esquina del buró; ya no tuve tiempo para hacer mi rutina de ejercicios, ni para ducharme y hasta tuve que dejar el desayuno intacto… Todo esto, por haber tomado una mala decisión haciendo complicidad con reloj.
Otros 5 minutos peligrosos
Quedarte en la reunión 5 minutos más, puede hacer que te sirvan otra copa y termines tomando varias más, mientras que esos cinco minutos se transforman en horas y quizá, esa mala decisión se convierta en una cadena de error tras error.
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Quedarte cambiando canales de televisión 5 minutos más o revisando títulos de series o películas, puede provocar que te desveles atrapado en algo que no tenías planeado ver en ese momento y, obviamente, esa mala decisión afectará de manera negativa tu rendimiento al siguiente día.
Y qué te puedo yo decir de lo que sucede si te dejas enredar por las redes sociales en donde pensabas estar tan solo 5 minutos más… Seguramente conoces la respuesta… esto no necesita mayor explicación.
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