Ha pasado ya un año desde que la pandemia nos atrapó, este ha sido el acontecimiento mundial que más ha causado estragos desde la segunda guerra mundial. A lo largo de la historia han sucedido muchas tragedias, y un sinnúmero de eventos terribles causados por la naturaleza; pero también muchísimos como consecuencia de la acción del ser humano. Las pérdidas de vidas ascienden a millones, no solo de personas, sino de especies completas de animales y plantas. El planeta puede recuperarse con el paso del tiempo, aunque muchos recursos no son renovables. La vida humana no se recupera. En este siglo XXI el enemigo a vencer es un microscópico virus. El SARS-CoV-2.
Hasta el día de hoy, en un año, dos millones y medio de muertes ha causado la COVID-19. Y muchos millones más de contagios; además de los daños colaterales como la economía la educación, la seguridad psicológica y física de las naciones más poderosas y las pequeñas ciudades.
Otro de los efectos secundarios de ésta pandemia en la que tenemos que recluirnos en nuestras casas, es definitivamente los grandes cambios en la convivencia social como la conocíamos, pues de aquí en adelante lo que nos queda es resurgir con una nueva “normalidad” adaptándonos a los tiempos que nos ha tocado vivir. El espíritu humano en general es capaz de sobreponerse. La historia lo demuestra.
Las lecciones que tenemos que aprender todos y todas, en todo el mundo son las mismas:
-EL RECONOCIMIENTO DE QUE TODOS SOMOS IGUALES, TOTALMENTE VULNERABLES, SENTIMOS TEMOR, ENFERMAMOS Y SUFRIMOS IGUAL.
-LAS RIQUEZAS, LA CLASE SOCIAL Y POSESIONES SON INÚTILES FRENTE A UNA PANDEMIA QUE NOS LLEVA A LA MUERTE.
-ESTAMOS EXPUESTOS A CONTAGIARNOS; PROFESIONISTAS, POETAS, ARTISTAS, DEPORTISTAS, POLÍTICOS, AUTORIDADES, REYES, PRESIDENTES, ANCIANOS, JÓVENES, BELLAS O FEOS; MALOS Y BUENOS.
-VALORAR LA LIBERTAD EN TODOS SUS ASPECTOS, COMO PARTE DE LOS DERECHOS UNIVERSALES.
-VALORAR A LOS SERES QUERIDOS, A LOS VERDADEROS AMIGOS, AL CUIDADO PERSONAL, DE NUESTRA SALUD,Y LA DE LOS DEMÁS, ASÍ COMO NUESTRO PROPIO ESPACIO VITAL.
-EL RESPETO POR EL MEDIO AMBIENTE. ES LA NATURALEZA LA QUE SE HA VISTO BENEFICIADA AL NO TENER LA INVASIÓN DESORDENADA DEL ELEMENTO HUMANO.
También el estado de emergencia mundial nos ha recordado que la naturaleza humana tiene grandes contrastes; ya que en diversas partes del planeta han crecido terribles males como la estafa, la envidia, la mediocridad, la indiferencia, la burla, la impiedad, la codicia, el aborazamiento, la indolencia, el abuso; quedando evidenciada la ineptitud e ignorancia de muchos gobernantes y la fragilidad de los organismos internacionales ante el embate de un insignificante virus.…Y lo que aún falta, pues no está controlado este terrible mal.…..
Pero antes de que nuestro ánimo decaiga ante tantas conductas torcidas que afloran en medio de la tragedia; este insignificante virus que puede matar a alguien en cuestión de horas, ha orillado a las personas a sacar de su interior, grandes capacidades, admirables talentos; ¡La creatividad en todo su esplendor! Mayormente se ha logrado que muchas naciones y en tiempo record se produzcan vacunas para combatir a la pandemia. Sumándose a esto, todos los programas de apoyo que han resurgido, inventando nuevas formas de generar ingresos, de ser productivos, de componer cantos, poesía, nuevos esquemas laborales, de seguir de pie; y se han estrechado lazos familiares, con reencuentros, perdones, consuelo, solidaridad, empatía, la resiliencia para convivir mejor entre los grupos sociales, aún dentro de las restricciones; y lo más bello; cada vez se incrementa más y más la fe en Dios, en los milagros, y se producen incontables actos de amor en el mundo entero.
Se han convertido en un símbolo de la pandemia, el cubre bocas y las caretas; en contraparte, una campana se ha convertido en el instrumento de victoria y de amor a la vida. Una campana que en miles de hospitales; los que se salvan de la enfermedad la tocan…y ese sonido significa triunfo y esperanza… Pero…
¿Qué tanto hemos cambiado como sociedad? Si miramos a nuestro entorno, ¿Nos ha servido esta experiencia de 365 días entre la vida y la muerte?, ¿Cuántos seres queridos, amigos y vecinos ya perdimos?, O seguimos creyendo que somos especiales, invencibles, intocables… ¿ya nos reconciliamos con quien estábamos enojados, ya fuimos a pedir esa disculpa que estamos postergando?, ya será el momento de hacer planes para realizar ese sueño que por años hemos acariciado?, o seguimos en la misma vida monótona, engreída e individualista echándole la culpa a todos por estar amargados… Algo bueno ha tenido ya que haber sucedido ya en el corazón humano, ese cambio para bien que tanto nos hace falta; ¿Esperaremos algo peor que la pandemia para doblegar nuestro orgullo y reconocer que el ser humano no el rey del universo? Ya murieron 2,500,000 personas, pero los que aquí seguimos con vida tenemos en nuestras manos la posibilidad de construir un mejor futuro para las siguientes generaciones.