Ayer 13 de febrero me senté a la orilla del mar viendo las aves volar y contemplando ese azul del mar, donde vi tu cara y tu figura muy especial. Al principio creí que era un efecto de los rayos del sol, pensé que pierdo la razón, pero es la locura de la ternura de este terco corazón.
HOY
Estoy frente a ti, con la voz entrecortada y con los nervios a flor de mi piel, me tiemblas las manos con esta mirada perdida buscando en el cielo tus ojos y comienzo a decir. Te pido perdón, por mi culpa se han secado tus ojos, por mi manera de ser, por esos desvelos sin razón, por esas noches de locura, con esa voz de ternura cuando tu decía que estabas allí, esperando una ilusión, que yo cambie, por el bien de los dos. Mi amada locura, eras mi ternura de esta loca pasión, era yo tu príncipe de cuento de hadas, siempre me convertirá en un lobo feroz por una tontería que no me acuerdo hoy.
TE PIDO PERDÓN
Por que no comprendí que eras miel y yo te convertí en hiel con tanto enfado por esa diferencia que no recuerdo hoy. Eras una gran mujer, la que curaba mis heridas cuando yo me sentía casi sin vida, eras mi ternura de esta locura, de este terco corazón, compañera de batalla, la que me inspiraba hacer poema de amor que jamás te conté, mi apreciada mujer de sonrisa ancha. Te doy gracias a ti, mujer que vivió a mi lado, gracias a la mujer de mil batallas, siempre con una sonrisa de coral, es sentir a su lado a un ejercito de ideas, de esperanzas, que te anima cada día, que te lava las heridas, la que es dueña de tu destino, la que enseña el camino, la que da la fuerza, la que da todo y no le importa tener nada. Cuando un hombre ama a una mujer es la acción del verbo amar, es aprender a volar con las alas que ella da, es el mar con tormenta y su alma en calma, es cuando uno dice, ¿qué vamos hacer mañana? ella sola responde ¡lo que dios diga¡.
TE DOY LAS GRACIAS
Por enseñarme a escribir con el alma, me diste tu alas para volar a la libertad, me enseñaste a pintar con los ojos de la verdad, ver la esperanza de los demás, aprendí que el amor es una decisión diaria de estar y compartir con otra persona, es dar todo de ti, es aceptar a otra persona como es, con todas sus contradicciones y dejar entrar a alguien a tu vida permitiendo que te conozca en esencia, no ver los errores y buscar los aciertos.
Desde que partiste de mi vida hablo todos los días con mi soledad y te escribo poemas que jamas leerás, de verdad no que hacer sin ti a mis 73 años. Hoy vine a tu tumba a rezar con mi soledad.