Su mirada se desliza,
por la superficie de la roca.
Y,
frente a ella
dos ojos la contemplan
quietos y sorpresivos.
Si en una mirada se puede reflejar el miedo,
no es en la suya.
La pata de la oveja
que le fue encomendada
esta temblando,
no deja de moverse.
El medio dia
ha quedado atrás,
no hay sombras en el llano,
el calor de ese dia
hiela sus sangres.
Alicante esta frente a ellos,
avanza,
se sumerge entre la orilla de la roca;
comienza su avance, su longitud es infinita.
Los precedentes de sus crímenes se reflejan
en las ubres de las vacas
a las que ha vaciado,
comenzando por la leche
hasta llegar a la última
gota de sangre.
Alicante tiene hambre.
Han pasado noches
y por fin,
la luna
es llena.
Los que le temen
han salido a buscarla;
el pastorcillo
ya dijo, donde se esconde.
La han matado a palos;
el pastorcillo
ha visto el miedo,
ha visto como le brotaba la leche.
Te han matado Alicante.
El pastorcillo se pregunta
¿Porqué saliste Alicante?
¿Pará que saliste, en una noche de luna llena Alicante?
