¡Vamos a practicar! Elige una actividad iniciando el día, por ejemplo, el desayuno. Si tu lo preparas o alguien más lo hace por ti, está bien. Iniciemos este ejercicio de Atención Plena, estando con el plato frente a ti, observa su contenido (de paso, vé que tan nutritivo es), huele su aroma, e inicia tomando un primer bocado, llévatelo a la boca, siente su sabor, la sensación que se produce en tus papilas gustativas, mastica y pásatelo. ( no es en cámara lenta ) pero si date un tiempo para recibir estas sensaciones. Procura que en ese tiempo, tu mente esté tan atenta a lo que estás haciendo, que ningún pensamiento ajeno pueda interferir en esa acción. Prosigue así, bocado tras bocado. Termina tu desayuno…¿qué experimentaste? ¿cuál es la sensación general que predomina después de terminar este desayuno?¿qué sentiste?……continuamos…