Respóndeme ya por Dios, dime si tu si me ves en el espejo, dime si alcanzas a ver a la de quince que se reía por tus chistes, a la de dieciocho que llevabas por dulces a la Alameda, dime que ves a la de veintidós que tenía una carrera por delante, la que a los veintiocho te prometió un hijo, a la que le rompiste el corazón por primera vez a los treinta y pico, la que se hizo abuela a los cuarenta y seis, la que dejó de bailar a los cincuenta, aclárame si ves a la que se enteró de tu juego a los sesenta y tres, la que le prometiste por milésima vez una vida juntos a los setenta y cinco, a la que defendiste y rogaste perdón a los ochenta y cuatro y a esa que dejaste una mañana en sus noventa.