Cuando me dicen que la gente de mi edad, no debe hacer ciertas cosas, me causa mucha risa, ya que la única con derecho de ponerme límites soy yo.
Hace un par de semanas me di la oportunidad de vivir una experiencia que al inicio me pareció peligrosa, pero que al final resulto una experiencia más que compartir.
Hace meses había escuchado de una aplicación llamada Bla bla car, mediante la cual podías compartir un viaje en el auto de otra persona, tras leer la nota, llegaron miles de causas por las cuales no la utilizaría, pero tras analizarlas fríamente, llegue a la conclusión que la única manera de romper las mismas sería usándola.
Así de que inmediato me di a la tarea de elegir a un conductor con quien compartir mi viaje a la ciudad de Pachuca, en el estado de Hidalgo, así que me decidí, me di de alta en la página y cumplí los requerimientos de la misma, me llamo la atención que me solicitarán una foto de mi identificación oficial, me señalaron que era por seguridad del conductor y mía, así que la envíe.
Posteriormente busque un viaje a la Ciudad de mi elección, encontré a un joven que viajaba para allá el día y hora que me convenía, entre en contacto con él y vi que es costo del viaje se reducía hasta en un 30%, así que acordamos el punto de encuentro, yo lo vería a la salida de su trabajo.
No debo negarles, que pensé en cancelar muchas veces, en los posibles riesgos, en mi miedo natural, pero aun así llegue a la cita el día y hora acordado, al salir de su trabajo el chico me sugirió sacar fotos del auto y su placa para enviar a mi familia y me señaló como podía compartir mi viaje, cosa que me dio mucha seguridad.
Es importante señalar que como el mismo conductor señaló, también para ellos es un riesgo subir a extraños a su auto, así que entre risas, nos prometimos que éramos de confianza, así que comenzamos el viaje, debo decirles que encontré un acompañante de lo más agradable, que gustaba de la lectura como su servidora y que durante el viaje compartimos historias, música canciones desafinadas, pero sobre todo, me dio la posibilidad de crear una nueva historia que contar.
En la actualidad, debemos atrevernos a romper con los estereotipos que se le han asignado a las personas de cincuenta y más, debemos tener el coraje de vivir aventuras, para algunas compañeras de mi trabajo y amigas, es jugar con mi seguridad, con mi vida, pero cuando leo día a día que aun afuera de tu casa te pueden hacer algo, el atreverme a conocer nuevas personas de ésta forma me parece menos arriesgada.
El uso de las tecnologías no debe ser limitante, el vivir nuevas historias debe ser la premisa, pero siempre buscando el medio más seguro que podamos encontrar.
