La importancia de no endeudarse más allá del 35% de nuestros ingresos fijos y de que el ahorro no sea de lo que nos sobra, sino que debemos ponernos como prioridad «primero me pago yo»
El endeudamiento es una situación que afecta a muchas personas y familias, y que puede tener consecuencias negativas para su bienestar financiero y emocional. El endeudamiento se produce cuando los gastos superan a los ingresos, y se recurre a préstamos, tarjetas de crédito u otras formas de financiación para cubrir la diferencia. Sin embargo, esto genera intereses y comisiones que aumentan la deuda y reducen la capacidad de pago.
Para evitar el sobreendeudamiento, es importante tener en cuenta la capacidad de endeudamiento, que es el porcentaje de los ingresos fijos que se puede destinar al pago de las deudas sin comprometer el nivel de vida. Según los expertos, este porcentaje no debería superar el 35%, ya que de lo contrario se corre el riesgo de caer en una espiral de deuda difícil de salir.
Además de controlar el nivel de endeudamiento, es fundamental tener una cultura del ahorro que nos permita crear un fondo de emergencia, invertir en nuestro futuro y cumplir nuestros objetivos. El ahorro no debe ser visto como un sacrificio, sino como una forma de cuidar de nosotros mismos y de nuestra economía. Para ello, es recomendable seguir la regla del «primero me pago yo», que consiste en separar un porcentaje de nuestros ingresos para el ahorro antes de gastar en otras cosas.
Algunos consejos para ahorrar son:
– Hacer un presupuesto mensual que detalle los ingresos y los gastos, y ajustarse a él.
– Destinar el 60% de los ingresos a los gastos indispensables, como la alimentación, la vivienda, los servicios básicos y la educación.
– Destinar el 30% de los ingresos al ahorro a largo plazo e inversiones, como un fondo de emergencia, un plan de jubilación o un negocio propio.
– Destinar el 10% de los ingresos al ahorro a corto plazo y al ocio, como viajes, regalos o caprichos.
– Automatizar el ahorro mediante transferencias periódicas a una cuenta de ahorro separada.
– Aprovechar las ofertas, los descuentos y las comparaciones de precios para reducir el gasto.
– Evitar el consumo impulsivo y las compras innecesarias.
– Pagar en efectivo en lugar de a crédito para evitar el endeudamiento.
Siguiendo estas pautas, podremos tener unas finanzas personales sanas, evitar el endeudamiento excesivo y ahorrar para nuestro futuro. Así, podremos disfrutar de una mayor tranquilidad y seguridad económica.
