Ayer fue un día de esos en los que vas contento al cine y sales decepcionado. Uno ya tenía expectativas después de ver un tráiler bien logrado, distinto a los otros que te spoilean cualquier sorpresa que pudiera tener una revisión de una película. Pues bien, esas expectativas se desinflan a los primeros 20 minutos.
La historia ya es un clásico, así que sí, hay spoilers.
Para contar por qué no debes verlo voy a hablar del apartado técnico, el montaje, el doblaje, el guion y los personajes.
Para empezar, hay que decir que la primera escena es la más poderosa, la que te engancha y a la vez la que revela parte de los problemas. Toda la escena de la presentación de Simba es un calco de acciones, no así de imagen, ya que la fotografía pierde el impacto de la caricatura y parece más un documental de National Geographic. En ocasiones será buena e interesante, pero en otras se pierde el impacto, desgraciadamente, pasa más lo segundo.
Después de eso hay otras escenas que estuvieron mejor ejecutadas en la original, por ejemplo, la muerte de Mufasa, después, cuando el rey muerto aparece en el cielo y la pelea entre Scar y Simba.
Luego está la animación que en general está bien realizada, pero a veces se queda en pañales al compararla con la anterior, con problemas como jalones entre fotogramas, movimientos que se ven artificiales, movimientos de cámara repetitivos, que no se adaptan al movimiento, etcétera.
Respecto al montaje hay errores generales: escenas que se alargan mucho sin ser importantes y otras que sí son importantes, pero se recortan. El ratón que caza Scar se convierte en un protagonista de un documental de roedores, el pelo de Simba en uno de otro documental del guano; en cambio, Scar se degrada de un fascista a un simple golpista y Rafiki de un gurú carismático a un sacerdote soso.
Otro error fue meter canciones forzadas. Todos esperábamos el número de Scar, pero recibimos la versión de la obra de teatro; del mismo modo, la inserción de la canción de Beyoncé destruyó la fuerte transición de Simba de apátrida a vengador.
Pero lo peor de todo está en el doblaje. Cuando haces una película donde le quitas el carisma caricaturesco a los personajes, debes de parchar ese espacio con recursos sonoros, aquí no pasa eso.
Los más afectados por el cambio son Simba, Nala, las hienas Rafiki, Timón y Pumba, es decir, los protagonistas y el alivio cómico. El pequeño Mateo Ramírez (Simba cachorro) no da el ancho, a menudo se oye plano, sin emoción y hasta sin motivación; Carlos Rivera (Simba joven), en cambio, no aporta una voz madura, de hecho la primera línea suena al Simba cachorro, pero interpretado por otro actor.
Por otro lado, las hienas, Rafiki, Pumba y Timón se sienten ausentes; Sergio Carranza (Pumba) podría ser el único cambio razonable, pero tampoco aportó una buena actuación.
Peor que eso fue dejar que actores de doblaje malos encima cantaran.
Paralelamente, el guión no ayuda a la construcción de personajes. Como antes mencioné, hay escenas que se alargan innecesariamente y otras que se acortan, pues también hay cosas que directamente se cambian quitándose o añadiéndose.
Los chistes de las hienas se quitaron para dar un «chiste» del espacio personal, y se les añadió un discurso de marginación. A Scar se le quitó villanía, introduciendo que Mufasa subió al poder por vía de la tiranía e introdujeron un injustificado triángulo amoroso entre Mufasa, Sarabi y Scar.
A la pérdida de carisma del doblaje también le sumaron un cambio en el repertorio de chistes y en el caso de Rafiki y Mufasa se cambiaron también los discursos que le dicen a Simba, Rafiki ya no le enseña a superar el pasado, Simba no lo hace, pero igual gana como siempre.
Finalmente, todo esto hace que los personajes no se desarrollen como lo hicieron originalmente.
Hay que decirlo, esta es la película que mejor demuestra que hay una bajada en la calidad cinematográfica por parte de Disney, que ya no se hacen las cosas de forma cuidadosa y no hay ningún respeto por los clásicos. Tampoco hay un respeto por el público y no lo habrá hasta que se refleje el descontento en las ventas, lamentablemente, «El rey león» encabeza las ventas de entradas al cine de este año.