En la época de la revolución un hombre fue ahorcado por desobedecer las órdenes de su capitán y coquetearle a una mujer a la que pretendía llevársela para el petate, su alma en pena vaga sin rumbo ni descanso pidiendo perdón por tener un momento de lujuria. Lo ejecutaron por desobedecer y coquetear con una mujer.
La siguiente historia fue enviada en uno de tantos comentarios a Nuestro Grupo de “Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo” por Dolores Ortiz González Y ella nos cuenta:
“Mi Bisabuela hace tiempo nos platicaba que cuando los alzados andaban llevándose jóvenes para la revolución, todos los hombres se iban corriendo al cerro para que no se los llevaran a las batallas y solo se quedaban las mujeres en el rancho”.
Nos dice que: “en el rancho en donde ella vivía una vez llegaron unos hombres y se posesionaron del lugar y solo estaba mi tía y mi abuela, hijas de ella. Se le acercó el que era el jefe y les dijo que querían comer que eran como 30 hombres vestidos de calzón y huarache y todos ellos armados” hasta los dientes.
“Mi bisabuela temía que violaran a sus hijas, a mi abuela y a mi tía, le dijo que sí, pero lo único que le pedía era que las respetaran, el jefe dijo que si y dio órdenes que nadie se acercara a ellas”.
Mi tía que era joven y bonita “me contó que estaba moliendo el maíz para hacer tortillas y se le acercó uno de los rancheros, cargando su fusil en la espalda y le hizo plática, porque el molino estaba afuera de la casa que era de madera, un tejaban.
En eso estaban cuando un compañero chismoso le fue “a avisar al jefe y lo agarraron y ahí mismo lo colgaron para escarmiento para los demás, porque desobedeció las órdenes.
Cuentan que en ciertas noches se escuchan los gritos y lamentos del ahorcado, pidiendo perdón por su agravio, algunos han visto hasta su sombra mecerse colgado de la cuerda del viejo árbol.
Aunque sus familiares le pidieron al jefe que no lo ahorcara que no era para tanto, él no les hizo caso y dijo que debía ser castigado como escarmiento y ejemplo para los demás. Desde entonces deambula por el rancho el fantasma del colgado.
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