Era un día como cualquier otro después de cenar y ver un rato la televisión nos fuimos todos a dormir.
Pasaba la medianoche y me encontraba completamente dormida junto con mi esposo y mis hijos, por lo regular todos tenemos un sueño profundo y no nos levantamos hasta el otro día, pero esa noche pasó algo diferente, muy extraño y difícil de explicar.
A lo lejos en mi sueño escuchaba una voz que me gritaba Ruth levántate, Ruth levántate, cada vez se escuchaba más cerca, como si viniera directamente hacia mí, hasta que mi sueño fue interrumpido.
Abrí los ojos, me encontraba algo sobresaltada, no sabía bien que sucedía, pero aún seguía escuchando esa extraña voz que venía del más allá… Levántate, no sabía de qué se trataba por lo que se me vino a la mente que fuera a revisar a mis hijos:
Primero fui con los más grandes Evelyn y Salvador Dalí, ambos estaban bien dormidos en paz y tranquilos.
Por lo que me encaminé a revisar a los dos más chicos a Panchito que tiene 3 años y a Fabricio de uno, estaban destapados y al tratar de taparlos con la colcha se dio cuenta que debajo de uno de ellos algo brillaba.
Se acordó que cuándo ella se fue a dormir su hijo Panchito estaba jugando con un celular y efectivamente lo que tenía debajo de su cuerpo era el teléfono que estaba encendido.
Al revisarlo ahí se encontraba, el celular estaba muy caliente y la piel del niño se estaba casi quemando por lo que pudo evitar un accidente que pudo acabar en una tragedia.
Se acordó que hay accidentes en los que explotan las baterías o tienen un corto circuito y pueden iniciar un incendio, por lo que inmediatamente le dio gracias a Dios que la despertó esa extraña voz que ella interpretó como la voz de un ángel.
¿Tú qué piensas, le habló un ángel, fue la voz de Dios o solamente fue su conciencia quién le advirtió de lo que podría pasar?
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Esta historia es real basada en el relato de Ruth Jerusalén Ortiz.
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