Los niños; son almas puras. Tan puras que no solamente son capaces de transmitir sinceridad y cariño real. También, pueden ser objetos de sumo interés para fuerzas malignas.
La brujería; aquella herramienta sobrenatural que puede brindarte todo eso con lo que soñaste. Pero que de igual forma, te lo puede quitar con la misma frialdad con la que dicha solicitud fue realizada. Siempre bajo la ley de 3 veces 3. Todo, bueno o malo; se te regresará por triplicado.
Una mujer que puso de cabeza a toda Nueva Zelanda durante el siglo XX. Abiertamente bruja y amante del ocultismo. Una pintora que sin duda, supo combinar su lado oscuro con su talento.
Desde que la novela policiaca dio lugar a una narrativa llamada novela negra (noir), en México se ha considerado a Rafael Bernal como el padre de este género con su novela titulada El complot mongol (1969).
Entre sus obras más representativas podemos encontrar los cuentos; “Tiempo destrozado”, “El huésped y otros relatos siniestros”, “Un boleto para cualquier parte”, “La quinta de las celosías”, “La celda”, “Final de una lucha”, “Alta cocina”, “Muerte en el bosque”, “La señorita Julia”, “El espejo” y “Moisés y Gaspar”; en todos estos manuscritos se puede apreciar el característico sello de Amparo Dávila, el cual se componía por elementos como; la locura, la muerte, el peligro y mujeres como protagonistas.
