En este momento en que muchas personas perdieron su empleo, es el momento de reaccionar y prepararnos, educarnos, aprender y sacar el ingenio.
Quedarse de brazos cruzados lamentándose por la situación y tirarse a la tragedia o a la victimización es lo menos inteligente que podemos hacer, en este justo ahora y en cualquier otro momento de la vida.
El tener una carrera trunca, o sólo un nivel escolar medio o básico, no es justificación para que te quedes estancado y esperar por la caridad social.
Aprovecha todos los medios a tu alcance.
La frase de «no tuve la oportunidad de estudiar», hoy es menos válida que nunca antes. Oportunidades y fuentes de conocimiento es lo que nos rodea a cada paso.
Estudiar no es necesariamente acudir físicamente a una escuela. Así como tampoco, ir a la escuela implica necesariamente la certeza de estudiar.
Tenemos libros, internet, televisión, grupos de apoyo, en fin, opciones sobran, lo que hace falta es tener la decisión de hacerlo. ¿Qué quieres aprender? ¿Qué estás leyendo? ¿Qué tipo de videos ves? ¿Con qué personas estás conviviendo?
El pupitre puede estar vacío, tu mente no.
A los jóvenes y niños de hoy, les tocó un momento de cambios inesperados e incertidumbre. De pronto, sus planes de ir a la escuela, ver a sus compañeros de clases, salir con ellos a divertirse por las tardes o los fines de semana, todos esos planes y más se vieron afectados.
Si bien es cierto que no asisten ahora a las escuelas, no por eso dejan sus mentes vacías. Incluso sin los programas gubernamentales de educación académica, nuestros jóvenes tienen la capacidad de elegir el contenido de la información con la que alimentan cada día sus mentes.
No todos eligen con sabiduría el tipo de contenidos a los que van a dedicarles su invaluable tiempo, sin embargo, es sorprendente la genialidad conque saben encontrar el tipo de información que les interesa.
Luego entonces, un punto importante es entender que más que poner atención a lo que nuestros hijos ven en las redes e internet, debemos conocerlos más, tener mejor comunicación con ellos y escudriñar cuáles son los temas que les atraen y su por o para qué.
Rompiendo paradigmas.
Se decía que el que no iba a la escuela se quedaba de «burro». Ahora sabemos que ir o no a la escuela no es definitivo para aprender, prepararte, estudiar.
Piérdele el miedo a la tecnología, piérdele el miedo al cambio, pero principalmente, piérdele el miedo a aprender. Acércate a tus hijos, conócelos, abre tu mente. Ellos tienen tantos talentos y conocimientos que pueden compartirnos que, ¡te aseguro, te vas a sorprender!
