La llegada indiscriminada de decenas de miles de migrantes en caravanas provenientes del llamado Triángulo Norte de Centroamérica -que comprende los países de Honduras, El Salvador y Guatemala- inició en octubre del año pasado, etapa de transición del gobierno actual, ante un presidente indolente, Enrique Peña Nieto, que dejó de gobernar antes de entregar el poder, y un presidente electo que sin más ni más prometió brindar a los migrantes visas humanitarias y trabajo en un país que cuenta con millones de Mexicanos en pobreza extrema.
Durante decenas de años México ha sido el país de tránsito para los centroamericanos que aspiran a entrar legal o ilegalmente a los Estados Unidos de Norteamérica. Ese tránsito se ha dado en forma ilegal, lo que los ha hecho víctimas de toda clase de delitos, asaltos, violaciones, extorsiones y ser muchas veces explotados y engañados por “coyotes” y “polleros”, y algunas veces hasta secuestrados por el crimen organizado para reclutarlos como “mulas” y hasta asesinarlos.
Dadas las circunstancias de alto riesgo, algunas personas se convirtieron en líderes de grupo para formar las mencionadas caravanas, considerando que al trasladarse en grupos grandes se protegerían unos a otros, situación que no dejó de lado la aparición de delincuentes que, aprovechándose de la situación, cometían el ilícito del tráfico de personas cobrando cantidades exhorbitantes a familias que precisamente huían de la miseria en que vivían en sus propios países.
Esta situación de formar las caravanas también se prestó a que se colaran entre los migrantes, grupos delincunciales altamente peligrosos como los maras salvatruchas, así como intentar confundirse entre ellos cientos de cubanos aprovechando el tránsito en masa.
Para tratar de entender el fenómeno se requiere leer diferentes artículos y notas ya que la causa del éxodo de los habitantes de esos países es multifactorial. Honduras, El Salvador y Guatemala, de acuerdo a la Organización Internacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, poseen “las capitales mundiales del homicidio” en países que no son zona de guerra y sus gobiernos “están fallando en proteger a sus ciudadanos”.
Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR es el organismo encargado de proteger a los refugiados y desplazados por persecuciones o conflictos y promover soluciones duraderas a su situación mediante el reasentamiento voluntario en su país de origen o en el de acogida. El derecho al asilo y refugio es contemplado en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
“En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país”.
“Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas”. Articulo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
Aclarado lo anterior, pasemos a conocer cuál es la diferencia entre un Migrante y un Refugiado, para tratar de comprender el fenómeno que está afectando actualmente a nuestro México.
Los Migrantes son personas que salen voluntariamente de sus países en búsqueda de oportunidades laborales, por lo general vienen de países en pobreza extrema. Tienen la obligación de presentar solicitud de ingreso legalmente al país al que se trasladan presentando la documentación de acuerdo a las Leyes Migratorias del país de su interés.
Los Refugiados son aquellos que huyen de zonas de conflictos armadas o sufren de violencia o persecuciones étnicas, religiosas o de género por su orientación sexual y se ven obligadas a cruzar las fronteras de su país en búsqueda de seguridad. Los Refugiados son reconocidos internacionalmente y tienen acceso a la asistencia de los Estados, ACNUR y otras organizaciones. Las solicitudes para ingresar a un país en calidad de Refugiado se revisan en forma individual para otorgar asilo al solicitante.
Ya con la idea generalizada de la situación de los Centroamericanos del Triángulo Norte, el cuestionamiento surge del poco control que las autoridades Migratorias del Sur de México tuvieron sobre nuestras fronteras. Fuimos testigos a través de los medios de comunicación y de las redes sociales de la forma violenta en que cientos de ellos entraron a México enarbolando las banderas de sus países, eso puede ser considerada simplemente como una invasión a nuestra tierra, no pasaron por los controles migratorios, algunos lo hicieron, pero miles de ellos simplemente siguieron avanzando hacia nuestra frontera norte dejando a su paso basura, destrozos y tirando a la calle comida, colchas, ropa que mexicanos bondadosos les regalaban considerando las carencias de los “Migrantes”.
La falta de atención de la Secretaria de Gobernación, que hace unos días declara que no sabe por dónde pasaron 144 mil migrantes a nuestro país (La Jornada), de los cuales, por obvias razones, decenas de miles son indocumentados, el hecho de que la propia Olga Sánchez Cordero niegue que se hayan dado casos de ébola (reportado en el Laredo Daily News), 8 casos en Laredo, Texas y 12 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en migrantes africanos pero aún reconociendo que sí se detectaron casos de sífilis y sarampión y a pesar de ello se opuso a establecer en nuestra frontera sur un cerco sanitario (El Sol de México) solo manifiesta la desorganización con la que se ha manejado una situación que ha provocado muchos problemas para los Mexicanos.
Así que hasta este momento hemos visto que son Migrantes, no Refugiados, que muchos de ellos fueron Invasores que entraron a nuestra tierra con violencia y ahora en muchos de los hogares de nuestros Paisanos en la frontera norte se están dando casos delicados de delincuencia por parte de quienes se colaron entre las masas humanas formadas por las caravanas.
Así el caso de una niña de 11 años violada por un hondureño de 20 que pide ser deportado para no ser encarcelado (Radio Formula) 3 hondureños más acusados de secuestrar a una familia en Torreón, Coahuila, afortunadamente detenidos por la policía (Milenio), el aumento de asaltos a mano armada en las calles de las ciudades fronterizas, el secuestro, violación y asesinato de una joven en Tijuana, perpetrado por supuestos migrantes (Contrapeso Ciudadano) y un largo etcétera que reportan las paginas rojas de los periódicos y las redes sociales, ademas de videos que jóvenes pertenecientes a las maras han subido haciendo alarde de sus desmanes, nos llevan a esperar que las autoridades competentes detengan y deporten a esos delincuentes y no caigan en la trampa de convertir a México en un Tercer País Seguro como pretende el Presidente Trump y en cuya trampa está cayendo el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ya que no se trata de recibir a Refugiados que huyen de Países en conflicto sino de Migrantes que ilegalmente cruzaron por nuestro País, ilegalmente ingresaron a los Estados Unidos y se encuentran en Centros de Detención en ese País cuyo Presidente pretende deportar a México mientras se define si se autoriza o no su ingreso legal a los Estados Unidos. Esto aplicaría en el caso de Refugiados, no de Migrantes indocumentados.
Así que dejemos esto en claro: son Migrantes todos (unos ilegales y otros legales), son Invasores esos que entraron con violencia, son delincuentes quienes aprovecharon la oportunidad, son de todo menos Refugiados…. México no tiene por que convertirse en un Tercer País Seguro porque ni ellos son Refugiados huyendo de Países en Guerra, ni México tiene la capacidad económica de darles techo, comida, vestido, servicios médicos, trabajo, cuando en nuestro País el 43.6% de nuestra gente se encuentra viviendo en pobreza extrema. 53.4 millones de Mexicanos necesitan que esos recursos les lleguen por derecho a ellos y no a extranjeros deportados de los Estados Unidos. ¡México primero y Primero nuestros pobres!
¿Queremos esto en México?
